La iglesia suele ser denominada como la «casa de Altísimo» pero que, si admisiblemente éste es omnipresente, es en los templos donde la comunidad cristiana se reúne a orar y a participar de rituales como la misa.
La iglesia es el aparato de Alá para expresar su compasión y preocupación por el mundo. La iglesia es indispensable para los creyentes cristianos.
Órdenes religiosas de derecho diocesano: dependen del obispo de la diócesis en la que han sido reconocidas.
Orden hierático: El Orden es el sacramento gracias al cual la delegación confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del Tarea apostólico.
La doctrina de la Iglesia se resume en la imitación de Dios. Esta imitación se expresa en buenas obras, en abnegación, en bienquerencia a los que sufren, y especialmente en la praxis de los tres consejos evangélicos de perfección: pobreza voluntaria, castidad, y obediencia. El ideal que la Iglesia nos propone es un ideal divino. Las sectas que se han separado de la Iglesia han descuidado o rechazado una parte de la enseñanza de la Iglesia a este respecto. Los reformadores del siglo XVI llegaron hasta a negar del todo el valor de las buenas obras. Aunque la mayoría de sus seguidores han abandonado esta doctrina anticristiana, hasta ahora los protestantes consideran una manía la autorrenuncia (el “niégate a ti mismo”) del estado religioso. Incluso el mundo fuera de la Iglesia reconoce la santidad de su culto. En la solemne renovación del Sacrificio del Calvario reside un misterioso poder, que todos se ven forzados a recordar.
Ninguna explicación puntada para acreditar este fenómeno fuera de la doctrina católica de que la Iglesia no es una sociedad natural sino sobrenatural, que la preservación de su vida recatado depende, no de ninguna calidad de la naturaleza humana, sino de la vivificadora presencia del Espíritu Santo. Los principios de reforma católicos y protestantes están en impresionado contraste singular con el otro. Los reformadores católicos han recurrido de una ocasión por todas al modelo establecido frente a ellos en la persona de Cristo y al poder del Espíritu Santo para alentar nueva vida en las almas que Él ha regenerado. Los reformadores protestantes comenzaron su obra con la separación, y por este acto se aislaron a sí mismos del cierto principio de vida. Por supuesto nadie pretende desmentir que en las congregaciones protestantes haya habido hombres de grandes virtudes. Inclusive Campeóní no es excesivo afirmar que en todos los casos su virtud se nutría de lo que quedaba en ellos de la creencia y praxis católica y no de lo que hubieran recibido del protestantismo como tal.
Hogaño, esta denominación se emplea para referirse a iglesias protestantes de diferentes tradiciones, especialmente aquellas centradas en la predicación del Evangelio y la experiencia personal de Certeza.
Como comunidad en Militar, la iglesia es el conjunto de todos los cristianos que han recibido el sacramento del bautismo (y, por lo tanto, son reconocidos como hijos de Altísimo). Los miembros de la iglesia creen en Cristo como salvador y mesíTriunfador.
Estos movimientos han tenido una gran afluencia en los últimos primaveras entre la población señorita. Han participado considerablemente, adyacente con la Iglesia diocesana y congregacional, en las Jornadas Mundiales de la Juventud y en los Jubileos.
Sin la Iglesia, el cristianismo se hace inofensivo. La Iglesia traduce el cristianismo en un cristianismo Verdadero. Sin la Iglesia, el Evangelio sería como cualquier ejemplar o como una plastilina en donde cada quien modelaría su propio cristianismo, el que quisiera, como más le convenga o le guste, haciendo a un lado aquello que le desagrada y exige.
Todas iglesia del bosque las barreras nacionales, no menos que todas las diferencias de clase, desaparecen en la Ciudad de Alá. No se ha de entender que la Iglesia ignore los lazos que unen al hombre con su país, o infravalore la virtud del patriotismo. La división de los hombres en diferentes naciones entra en los planes de la Providencia. A cada nación se le ha asignado una tarea específico a realizar en el incremento de los propósitos de Alá. Un hombre tiene deberes cerca de su nación no menos que alrededor de su tribu. El que descuida ese deber incumple una obligación recatado primordial. Por otra parte, cada nación tiene su propio carácter, y sus propios talentos especiales. Se descubrirá que habitualmente un hombre alcanza una virtud superior, no descuidando estos talentos, sino encarnando los ideales mejores y más nobles de su propio pueblo.
Se establece que, para integrar la comunidad de la Iglesia Católica, las personas han de aceptar el sacramento del bautismo. En Caudillo, las familias que profesan esta Seguridad bautizan a sus hijos e hijas cuando son muy pequeños, y luego se da un acto formal de renovación de las promesas bautismales que, en esa instancia temprana, el padre, la origen, el padrino y la madrina respondieron traslativamente.
Una asociación de este tipo es una condición necesaria de la civilización. Un individuo aislado no puede conseguir sino poco; apenas puede asegurarse el necesario sustento; mucho menos puede encontrar los medios de desarrollar sus talentos superiores mentales y morales. Conforme progresa la civilización, los hombres ingresan en diversas sociedades para el logro de diversos fines. Estas organizaciones son sociedades perfectas o imperfectas. Para que una sociedad sea perfecta, son necesarias dos condiciones:
Estos atributos se encuentran en todas las Iglesias particulares que engloba la Iglesia católica, que son las Iglesias particulares de la Iglesia latina (con ritos latinos) y las Iglesias católicas orientales (con ritos orientales); todas ellas tienen en popular los mencionados atributos o características esenciales y la autoridad suprema del sumo pontífice como vicario de Cristo en la Tierra.